Mi nombre es iván domínguez
El olor del perfume que se ha perdido, los últimos granos de arroz que te quedan en el pelo, la memoria eterna de un día eterno. Todo queda en el recuerdo y el recuerdo es fugaz como lo es el paso de un tren por un andén sin pasajeros.
¿Quedamos para atrapar el alma? ¿Quedamos para avivar el recuerdo? ¿Quedamos para parar el tren con la mano y subirnos, vagón por vagón, en el vasto peregrinar de los momentos compartidos?
Si es así, súbete y disfruta de este viaje, el que nos llevará desde hoy hasta el si quiero. Súbete porque hay trenes a los que hay que subir con la certeza de que el único riesgo es no haberlo hecho.
instantes inolvidables
Ser videógrafo de bodas es mucho más que simples registros; son crónicas emotivas que resisten el paso del tiempo. Capturan momentos únicos, risas espontáneas, miradas llenas de complicidad y lágrimas de felicidad, convirtiéndose en un legado visual que evocará la magia del gran día una y otra vez. Son el reflejo puro del amor, narrando la historia de dos almas unidas en un viaje hacia el futuro.